Elisabeth y su jardín alemán.
Después de leer este libro coincidí con la protagonista en su amor por su jardín y los momentos de relax, de bien estar al contemplarlo. Todas las sensaciones que tuve al leer su libro las extrapolé a mis flores.
Tulipanes, fressias, claveles, frutos de clivia y florecillas silvestres blancas, todas ellas forman una orquesta natural y anárquica. Complementándose y creando una sinfonía única.